Si alguna vez te has interesado por el mundo de los servidores, seguro que en más de una ocasión has leído la palabra “proxy” en algún sitio y no tenías muy claro lo que era. ¿Qué es un servidor proxy? ¿Qué quieren decirnos cuando hablan de activar o desactivar un proxy? Para los que no son informáticos y no saben bien cómo va esto, es lógico que a veces te puedas perder en la jerga utilizada en muchos artículos.
Sin embargo, en este post voy a tratar de explicarte de manera sencilla qué es un servidor proxy o por qué es interesante utilizarlos en una serie de casos. Empecemos primero con una definición básica.
Definición de Proxy
Para que te hagas una idea clara de lo que es un proxy, nos vamos a la Wikipedia y vemos su significado más básico: “Se trata de un software que sirve de intermediario entre cliente y servidor”. O dicho de otro modo, el proxy (B) se encarga de enviar las peticiones del cliente A al servidor C.
Supongo que al menos tienes una idea clara de qué es un ordenador cliente y un ordenador servidor. Cuando te conectas a Internet, y escribes una dirección web, tu ordenador es un “cliente” que está enviando una petición a un servidor web para que se ejecute y puedas leer, a través de un protocolo determinado, una parte del disco duro de ese servidor.
Bien, pues supón que cuando tú estableces esa conexión con el servidor, en lugar de hacerlo directamente con el servidor, lo haces a través de una pasarela o servidor intermedio.
Es decir, tú escribes una dirección web o una IP en la barra de direcciones de Internet Explorer, por ejemplo. El navegador envía esa petición a tu servidor proxy, y éste a su vez reenvía esa petición al servidor final, cuya respuesta pasará antes a través del proxy, en lugar de ir directamente a ti. Eso es, nada más y nada menos, que tener un servidor proxy.
Ejemplo: tú tienes una red de ordenadores en tu negocio, y entre ellos, dispones de un servidor Proxy. Cuando te conectas desde cualquier ordenador a Internet, éste envía las peticiones a tu servidor proxy. Sólo se conoce la IP pública de tu servidor, no la de tus ordenadores.
Tipos de proxys
Existen varios tipos de proxys, según el lugar donde se instalan y quién establece la política del proxy. Por ejemplo:
- Los proxys internos o locales: que se instalan en un ordenador cliente y están sobre todo orientados a controlar el tráfico y evitar que la información privada de un ordenador o una red salga de la computadora. Los llamamos también proxys de filtrado.
- Los proxys externos: se instalan en una entidad externa al ordenador u ordenadores desde el que se realizan las conexiones. Podemos montarlo nosotros mismos en un servidor propio, o utilizar un servidor dedicado. Hay servidores dedicados baratos que puedes administrar tú mismo y utilizar como pasarela.
¿Todo esto para qué sirve, me dirás? ¿Tiene alguna ventaja utilizar un servidor intermedio o pasarela para que intercepte las peticiones de los clientes y las envíe a un servidor? Pues sí, sí la tiene, y mucha gente la utiliza. Veamos qué ventajas implica instalar un servidor proxy.
Ventajas de los servidores proxy
Disponer de un proxy conlleva una serie de ventajas para los usuarios, como por ejemplo las siguientes:
- Mejor control: es el proxy el que se encarga de hacer el trabajo: registra las peticiones de los ordenadores, las IP, el momento en el que se han realizado solicitudes, los puertos que se han utilizado, el protocolo… Con un proxy, se pueden limitar los derechos de los usuarios.
- Mejor velocidad: el proxy actúa como caché: guarda las respuestas de las peticiones para dárselas a los usuarios cuando estos se la solicitan.
- Filtración: se puede configurar el proxy para que no atienda a determinadas peticiones, tanto externas, como de un ordenador de la red de área local. Esto es de gran ayuda para la seguridad informática al impedir determinadas respuestas.
- Modificación: el proxy también puede cambiar información o falsificarla según un algoritmo.
- Anonimato: si cuando nos conectamos a Internet, enviamos las peticiones a un Proxy, la IP de nuestro ordenador es mucho más difícil de rastrear. Cuando activas un proxy, estás navegando prácticamente de manera anónima.
Por lo tanto, hemos de entender que los proxys ayudan a mejorar el rendimiento de nuestras conexiones de red, a distribuir mejor la carga y ahorrar ancho de banda, a crear cachés de contenido estáticos y mejorar la seguridad de nuestras conexiones a Internet.
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